Nutrición para el verano
¡Bebe mucho!
El cuerpo necesita líquidos, ya sean fríos o calientes, para mantener su temperatura normal. Cuando hace calor, el cuerpo trata de enfriarse y por eso comenzamos a sudar y perdemos agua. Es muy importante asegurarnos de que los niños pequeños están consumiendo suficientes líquidos.
No esperes a que te digan que tienen sed. Más bien ofréceles líquidos con frecuencia cuando están jugando al aire libre. Y siempre lleva contigo líquidos, en particular, cuando no vayas a estar en casa. Botellas divertidas y coloridas, o popotes graciosos pueden servir para tentarlos a beber más.
Procura tener siempre a mano botellas de agua fría para beber a menudo.
Agrega fruta fresca para darle sabor al agua. Es una forma divertida animar a que los niños quieran beber más. Te recomendamos que pruebes estas combinaciones de fruta:
- Limón, lima y naranja
- Frambuesa y lima
- Piña y menta
Consejo para el apetito en verano
Aunque todos los niños crecen a su propio ritmo y tienen distintos apetitos, el sol del verano pueden afectar aún más a los niños quisquillosos para comer.
Dale a tus hijos mucho tiempo para "calmarse y refrescarse" antes de comer. Anímalos a leer un libro o jugar adentro, o donde estén frescos treinta minutos antes de comer. Además, asegúrate de tener muchos alimentos tentadores y "frescos" a mano como fruta, palitos de verdura y salsa ranch, sándwiches, yogur, batidos y paletas heladas de jugo.
Vitaminas para el verano
Cuando sudamos perdemos nutrientes como sodio, potasio y pequeñas cantidades de magnesio.
Es fundamental comer comidas y snacks con regularidad para reponer estos nutrientes. Los granos integrales, los frutos secos, los frijoles y las verduras verdes aportan magnesio y las frutas, las verduras, la leche y el yogur son buenas fuentes de potasio.
Este Batido de mamey tiene alto contenido de potasio, vitamina A, vitamina C y fibra dietética. Aunque no siempre se consigue mamey en Estados Unidos, en muchos mercados latinoamericanos venden puré de mamey congelado.