Rosca de Reyes

Reserva 1 cucharada de leche evaporada para untar; refrigérala. Calienta el resto de la leche evaporada en un vasito medidor pequeño a una temperatura de 110°F a 115°F. Incorpora la levadura y 1 cucharada de azúcar. Déjalo reposar 10 minutos.

Combina la harina, 3/4 de taza de azúcar, la cáscara rallada de naranja, la canela, las semillas de anís y la sal en un tazón grande para mezcladora. Agrega 4 huevos, la mantequilla, la mezcla de levadura y el extracto de vainilla. Bátela utilizando la batidora eléctrica con el gancho amasador o con la mano hasta que se forme una masa suave y cremosa.

Coloca la masa en una superficie ligeramente enharinada; trabájala suavemente por unos 5 minutos. Forma una bola. Colócala en un tazón engrasado grande; dale la vuelta. Cúbrela con envoltorio plástico engrasado. Déjala subir en un lugar templado por unas 2 horas o hasta que se duplique su tamaño.

Aplasta la bola de masa con las manos. Enróllala para formar un leño y, a continuación, junta los extremos para formar un círculo a modo de corona (puedes utilizar una sartén redonda de 12 pulgadas para dejarte guiar al formar el círculo). Coloca la corona en una bandeja para hornear grande ligeramente engrasada. Levanta una parte de la corona e inserta por debajo una figurita o frijol seco que envolviste en papel encerado. Alisa las protuberancias y las partes desgarradas de la superficie. Cubre la corona con envoltorio plástico engrasado. Deja que suba en un lugar templado por otros 45 minutos o hasta que se duplique su tamaño.

Precalienta el horno a 350°F.

Combina el huevo batido y la cucharada de leche evaporada que reservaste; barniza la superficie con un poco de esta mezcla. Decora la rosca poniéndole la fruta seca o confitada y las almendras con un poco de presión. Barniza la superficie otra vez. Espolvorea la rosca con el 1/4 de taza restante de azúcar.

Hornea la rosca de 30 a 35 minutos o hasta que quede doradita y suene hueca al darle un toquecito. Déjala enfriar 10 minutos en una bandeja para hornear; pásala a una rejilla metálica para que se termine de enfriar. Almacénala bien envuelta a temperatura ambiente.